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agosto 28, 2012

Celebración del 10 de agosto en Madrid


Cada 10 de agosto se celebra en Ecuador el “Primer grito de la independencia hispanoamericana”. En esta fecha, además de recordar el “primer grito” de 1809, el presidente ecuatoriano de turno da su informe a la nación y cada año se reavivan los debates sobre si se trató de una real gesta libertaria o no.

Fuera del Ecuador también se celebra el 10 de agosto pero con matices más festivos y menos debatidos. En Madrid, la Embajada Ecuatoriana promovió un encuentro (cerca de la estación Principe Pío) para el siguiente día. Considero que la motivación de muchos ecuatorianos a asistir al encuentro no fue por una opción patriótica, sino más bien por escuchar música ecuatoriana y saborear comida típica… yo tenía unas ganas de comer un buen hornado… pero ¡no había!



Ese mismo día, conversé con Manuel, un amigo español que tiene buenos conocimientos de historia, a quien le digo: "En Ecuador, ¡celebramos el primer grito de independencia de ustedes!". Sin embargo, él no tenía ni idea de dicha celebración, que para España no resulta memorable. Después de todo, lo más relevante para la España del naciente s. XIX fueron los acontecimientos que luego serían un referente de identidad nacional. En aquellas épocas, la figura relevante europea era Napoleón Bonaparte. En una compleja trama de sucesos, Napoleón pasó de ser un aliado a ser una amenaza para España. Así, los españoles tuvieron su propia gesta independentista con lo que se denominó la Guerra de la Independencia Española (1808-1814). En esa misma época, en el sur del país se gestaban las Cortes de Cádiz, en las que participó de manera destacada el quiteño José Mejía Lequerica. De estas cortes saldría la Primera Constitución de 1812 (la Pepa). Así, mientras en Ecuador se celebra el “primer grito”, en España se celebra la “primera constitución” en un año 2012 muy cargado de celebraciones y eventos porque ¡la Pepa cumple 200 años!

Mi amigo español sigue indagando sobre Ecuador. Había estudiado algo sobre la Gran Colombia, el sueño frustrado de Bolívar de formar una gran nación, por lo cual me pregunta: “¿Ecuador tuvo otra independencia, de la Gran Colombia, verdad?”. Es una interesante observación por cuanto con bombos y platillos celebramos la independencia de España, pero queda en el olvido el hecho de que luego de la independencia (1822) pasamos a formar parte de la Gran Colombia, y solamente a partir del 23 de septiembre de 1830 se tiene la Primera Constitución del estado independiente que tomaría el nombre de Ecuador. Que yo recuerde, nunca celebramos la instauración de la primera constitución ecuatoriana ni siquiera con una banda de pueblo…

Y Manuel dale con otra pregunta adicional: “¿No era más lógico que se llamen Quito y no Ecuador?”. En efecto, tendría más sentido que el país se hubiese llamado Quito por cuanto dicha región se denominaba anteriormente Real Audiencia de Quito. Con todo, quizás se prefirió un nombre más neutral, tan neutral que no hacía referencia a ninguna lengua originaria de la región, sino al latín (aequator = igualador) nombre que recibió la línea del Paralelo Cero que divide imaginariamente a la tierra en dos hemisferios. Esta línea fue determinada gracias a la expedición de la Misión Geodésica Francesa que visitó los territorios de la Real Audiencia de Quito en 1736 y 1802. En todo caso, posiblemente se escogió Ecuador y no Quito porque de esta manera no se vería menospreciada una región del naciente país que reclamaba voz propia: Guayaquil.

Bueno, así que me encontré bombardeado de preguntas que no son comunes ni para los alumnos ni los profesores en Ecuador. No es ninguna novedad que cada país genere sus propias lecturas históricas. Se da peso a ciertos hechos históricos, mientras a otros se resta importancia o se silencia. La riqueza de encontrarse fuera como emigrante es que se logra cuestionar las propias “mitologías fundadoras” gracias al contraste con personas y realidades que brindan nuevas perspectivas que nos permiten una autocrítica sana.

Volviendo al tema de la celebración del 10 de agosto en Príncipe Pío (Madrid), algo que me causó mucha risa fue que la señorita presentadora de los artistas ecuatorianos dice por los micrófonos:
-  Gracias compañeros españoles por brindarnos este espacio… 
- ...que nos permite celebrar la independencia de ustedes, compañeros españoles… – completé en mi mente la frase.
En todo caso, ahí estábamos ecuatorianos y españoles compartiendo de manera pacífica y hermanada el mismo espacio, ya que los yugos del s. XXI de los cuales necesitamos liberarnos van más allá de las fronteras y son opresiones contemporáneas que son más sutiles, más fuertes y globalizadas.

4 comentarios:

  1. Querido Mauri:

    Gracias por compartirnos tus reflexiones.

    El riesgo con las grandes fechas nacionales, es precisamente eso: se hacen muy grandilocuentes, incuestionables, dogmáticas. En una palabra: se mitifican.

    Y el mito ayuda para explicar aquello que supera la realidad. Ayuda a transmitir la historia de aquellos pueblos como el nuestro que tienen una historia ancestral que ha sido negada (nuestra historia no arranca con la llegada de los españoles). El problema se da cuando el mito se vuelve una cosa empalagosa, cursi, ridícula, para sostener al estado nación.

    Lo pongo con un ejemplo: el P. Juan de Velasco, se dedicó a recoger y preservar la tradición oral de los indios. Una tradición que para entonces (siglo XVIII) ya se estaba perdiendo. Por Juan de Velasco, llegamos a saber de Cantuña como símbolo del mestizo, o de la hermosa historia de como Quitu fue fundada luego del diluvio Universal por una golondrina llamada Huayanay.

    Esos son mitos que alimentan, que sostienen nuestra identidad como pueblo, no como estado. Nos unen como comunidad, no como un territorio jurídicamente abstracto.

    En cambio hay otros mitos morbosos que destruyen al pueblo y destruyen la comunidad, como aquel de Abdón Calderón llevando la bandera hasta con la boca luego de que los pérfidos cañonazos españoles le perforaran todo su cuerpo. Esos son mitos que a más de ridículos, son insalubres para nuestra identidad siempre compleja y no pocas veces conflictiva. ¿Quién escribió estos mitos pendejos? Ya lo sabemos: Manuel J. Calle, un tipo amargado y acomplejado, con sobredosis de romanticismo trasnochado. ¿Quién se aprovechó de eso ? También lo sabemos: los militares y el estado que impusieron por generaciones esas ideas torcidas que ocultaban una intención siniestra y una visión heteronormativa para que no nos sintamos pueblo, para que no seamos comunidad, para que no pensemos, para que no actuemos...

    Ahora con el 10 de agosto, pasa algo interesante. Del mito morboso, hemos pasado a un casi desprecio por una fecha que es clave en nuestra historia en común.

    Los historiadores "alternativos" contemporáneos, dicen que el 10 de agosto sólo se ratificó un juramento de fidelidad al rey de España y se depusieron las autoridades españoles en Quito. Dicen que no hubo independencia, que todo fue "último día del despotismo y primero de lo mismo".

    Lo que no caen en cuenta estos historiadores es que los procesos históricos no son homogéneos, no se dan de la noche a la mañana. Los quiteños del 10 de agosto, no podían salir diciendo que eran independientes sin más ni más. Eso hubiera significado una ruptura brutal con la Colonia y pues no les convenía. De manera que "entraron con la de los españoles y se salieron con la suya" : nombraron una junta de gobierno similares a las que se habían formado en España para apoyar al rey que había sido depuesto por Napoleón. Juraron fidelidad a su "amado soberano Fernando VII", pero tras de eso, se ocultaba una verdadera intención independentista, sólo que de una manera muy, pero muy astuta.

    Los hechos posteriores demuestran la intención que tenían los quiteños: si no se quería independencia, ¿por qué el fiscal Aréchaga, los acusa de sediciosos y pide para todos ellos la pena de muerte ?

    Sobre todo, ¿por qué la matanza del 2 de agosto de 1810, donde murió lo más connotado de la intelectualidad quiteña ?

    Mientras en España, nacía La Pepa, aquí nacía la Constitución del Estado de Quito, en el mismo año: 1812. Pero después, vino la famosa Gran Colombia, la separación de la misma, vino Flores, y una "junta de notables" fundó un país (1830) escindido, fragmentado, difuminado...

    De la Constitución del Estado de Quito nadie habla y en este 2012 también hemos celebrado su bicentenario y nadie lo celebró, peor con banda de pueblo...

    Un abrazo, Mauri, perdona la largura de este comentario y dejo para una próxima ocasión muchas otras reflexiones.

    Pablo

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  2. Muchas gracias por tu valioso comentario, Pablo! Se nota que eres un amante de la historia, además de la antropología.
    Más allá de las polémicas historiográficas y políticas, la migración me ha hecho ver las cosas desde diversos puntos de vista. Basta conversar con el nacional de otro país para empezar a ver otras lecturas históricas... Además de la conversación con el amigo español que relato, si te cruzas con un boliviano en tierras españolas es mejor no discutir sobre el "primer grito de la independencia". Ellos defenderán que el primer grito de independencia hispanoamericana se dio en Chuquisaca, Bolivia unos meses antes que el grito quiteño. Así, el primer grito quiteño quedaría como "segundo grito"...

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  3. Gracias Mauricio por recordarnos todo esto. Solo quería puntualizar que el primer grito fue en 1809 y no en 1810 como mencionas al principio. A veces confundimos fechas pero esta confusión sería grave pues en 1810 el evento no fue nada festivo sino más bien trágico, con la masacre del 2 de agosto de 1810!!
    Yo creo que si fue o no fue el primer grito, lo principal es que en Quito se da un movimiento que busca la libertad desde mucho antes, y mucho tiene que ver un indio en todo esto, aunque los próceres son criollos. El Indio era Luis Chusig, más conocido como Eugenio Espejo.
    Ahora el reto es luchar por una segunda independencia, la de el capitalismo, neoliberalismo y del poder económico de los más poderosos. De esa independencia nos toca a nosotros ser los próceres.
    Un abrazo desde la Luz de América.
    EDU

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    1. Muchas gracias por tu aporte, Edu. Tienes toda la razón, el primer grito de Quito fue en 1809; y en efecto, el gran personaje fue Luis Chusig, un indio con una capacidad de observación y aprendizaje autodidacta formidables, quien probablemente obtuvo algunas de sus ideas filosóficas libertarias leyendo los libros de la biblioteca jesuita que pasó a ser la biblioteca pública del cual sería director!

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