¿Los judíos mataron a Jesús?

Al visitar en Barcelona el Museo Nacional de Arte de Cataluña, me encontré con un cuadro impresionante que por fortuna me permitieron fotografiarlo. Se trata de un Retablo del Corpus Christi (siglo XIV) del maestro de Vallbona de los Monges,  (Guillem Seguer).

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En la ficha explicativa se afirma que “…es excepcional la riqueza y unicidad de su programa iconográfico de temática eucarística”. Ahora veamos el detalle que nos interesa, en el que están representados dos judíos. Como se puede observar, se representa un pretendido deicidio no en cuanto al Jesús histórico, sino en cuanto a Jesucristo sacramentado. [1] 

A continuación, leamos los siguientes textos bíblicos tomados del Evangelio de Juan:

…los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba  a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios. (Jn 5, 18).

...Jesús andaba por Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. (Jn   7, 1).

Para un cristiano que haga una lectura literalista, si lee los anteriores pasajes bíblicos, no habrá duda que los judíos mataron a Jesús. Con todo, se trata de una lectura simplista. Los más grandes errores en la intrpretación de la Biblia se dan por hacer lecturas anacrónicas [2] en las que se interpreta el texto bíblico de acuerdo a categorías o conceptos de un tiempo histórico, social y culturalmente diferentes. Estas circunstancias se encuentran agravadas si hay odios – y también miedos – históricos que generan racionalizaciones que justifican el desprecio y hasta la eliminación de quienes se considera enemigos. Esto  sucede tanto en el campo religioso como político y social: frente a una crisis el ser humano busca a un culpable a quien acusar y eliminar.  

Si bien en el evangelio hace la referencia a los judíos, hay que recordar que en el tiempo en el que se dieron los hechos, todos los implicados eran judíos: tanto los discípulos de Jesús, las mujeres que estaban junto a él, quienes acusaron a Jesús, el sumo sacerdote, etc. Los únicos “diferentes” en ese contexto eran los romanos, quienes además de no tener nada que ver con el judaísmo, dominaban económica y políticamente al pueblo judío, por eso solo los romanos podían autorizar la condenación y muerte de alguien.

En el momento de la narración de la pasión y muerte de Jesucristo, todavía no se puede hablar de “cristianos” y por lo tanto, no se puede oponer cristianismo vs judaísmo. Es más, los seguidores de Jesús serán denominados como “cristianos” mucho más adelante, en Antioquía (Hechos 11, 26) y aún así seguían teniendo referentes culturales judíos, parientes judíos, amigos judíos, etc.

Si no convencen las razones anteriores, leamos un pasaje del libro Jesús de Nazaret de Benedicto XVI, quien antes de ser pontífice, fue teólogo. En su libro afirma: “¿Quién ha insistido en que Jesús fuera condenado a muerte? […] Según Juan, son simplemente «los judíos». Pero esta expresión de Juan no indica en modo alguno el pueblo de Israel como tal -como quizás podría pensar el lector moderno-, y mucho menos aún comporta un tono «racista». A fin de cuentas, Juan mismo pertenecía al pueblo israelita, como Jesús y todos los suyos. La comunidad cristiana primitiva estaba formada enteramente por judíos”. [3]

Por otra parte, entre los judíos y cristianos se comparte un rico patrimonio común. Por eso, si el cristiano desprecia a los judíos, además de faltar a la caridad fraterna, estará desconociendo su propia tradición. Como afirma el Concilio Vaticano II en Nostra Aetate (4): “…la Iglesia, que reprueba cualquier persecución contra los hombres, consciente del patrimonio común con los judíos, e impulsada no por razones políticas, sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos.” 

Finalmente, la religión al tener un componente ético está llamada a construir puentes y no barreras, está llamada a construir la paz que brota de la justicia y no la guerra que brota del prejuicio. Si no es así, tendríamos que dar razón a Marx por cuanto la religión se convertiría en un opio, una droga adormecedora que crearía mundos ilusorios generados a partir de los prejuicios.

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[1] La investigadora Marisa Melero (Universidad Autónoma de Barcelona) afirma que “dicha iconografía, que insiste en poner de relieve el carácter deicida atribuido a los judíos, puede ser un intento de justificación respecto a las matanzas de judíos realizadas como consecuencia de la peste negra en distintos lugares de la Corona de Aragón y especialmente en algunas localidades próximas al monasterio de Vallbona”.

[2] Anacronismo. Error que consiste en suponer acaecido un hecho antes o después del tiempo en que sucedió, y, por ext., incongruencia que resulta de presentar algo como propio de una época a la que no corresponde.  (DRAE)

[3] Cf. http://www.zenit.org/article-38646?l=spanish