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enero 27, 2012

Escaleras de esperanza

Eran cerca de las seis de la tarde y en el Paseo de la Castellana (Madrid) se observaba a muchas familias que iban cargando una escalera. ¿De qué se trataba? ¿Quizás las personas se unieron para limpiar las calles, pintar las paredes o cambiar las lámparas?. En tiempo de crisis, toda iniciativa es bienvenida. Pero las calles no estaban sucias, no había tarros de pintura y las lámparas estaban muy altas para una simple escalera.

Con un poco de atención, se podía observar que las escaleras no tenían la función para hacer algo, sino para ver algo. Rápidamente se iban colocando las escaleras a lo largo de la avenida y los primeros privilegiados eran niños y niñas que, a medida que subían los peldaños, incrementaban su alegría, puesto que el gran acontecimiento de la “Cabalgata de Reyes” estaba por comenzar.

Llegada la hora prevista de aquel cinco de enero, el ambiente se inundó de color, música y alegría. A lo largo de la cabalgata se lanzaban miles de caramelos para alegría de aquellos pequeños y también adultos con corazón de niño. En la cabalgata había diversos motivos representados: cuentos infantiles, bomberos, animales mágicos... En medio de tan diversos temas, algo curioso para mí fue no ver ninguna representación del niño Jesús, ¿será que implícitamente estaba representado en todos los niños?

En el recorrido de la Cabalgata, había algo que sobresalía por su sencillez y originalidad. Eran dos marionetas que, a pesar de no estar sobre un carro, se las podía ver claramente, incluso sin necesidad de escalera. Las marionetas representaban a una pareja de abuelos africanos, Soumaila y Assetou. Los abuelos gigantes bailaban graciosamente al ritmo de la música con movimientos muy naturales: daban giros, se abrazaban, se inclinaban, movían los hombros...


¿Cómo lograban bailar dichas marionetas? El sistema de movimiento al no ser mecánico, parecía traído de un mundo mágico… Pero si observábamos con atención, quienes daban vida a esos muñecos eran dos personas africanas que estaban debajo de cada muñeco, y los movían gracias unos delgados hilos que pendían de sus articulaciones. Con su participación, los artistas africanos de la compañía Les Grandes Personnes d'Afrique brindaban un toque diferente y novedoso a los temas clásicos de reyes. Y a los asistentes, subidos o no en una escalera, nos permitían creer y tener esperanza en una España acogedora y diversa.

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* Para enterarte más detalles sobre los títeres gigantes africanos (de Burkina Faso) que se presentaron en la Cabalgata de Reyes: http://www.casafrica.es/

** Para ver más fotos de las marionetas gigantes, entra a Flickr Peregrino

3 comentarios:

  1. Diego Jiménez27 ene 2012, 8:58:00

    Creo que el camino hacia la inclusión pasa también por nuestras acciones. Quizá hoy debamos pensar "atrevidamente" una sociología ya no en clave de los estados nación, sino en clave cosmopolita. Y así mismo la educación de nuestros colegios y con otras cosas que hacemos. Gracias por esta nota que nos anima a mantener la esperanza...! Un abrazo.

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  2. Me encanta la cabalgata de reyes, es mágica!! Felicidades por tu blog, te tendré vigilado a través de esto, gracias por compartirlo.
    EDU

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  3. Inspirador el mensaje Mauri. Espero que sigas adelante y saludos desde Quito.

    Diego Guevara.

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