En los meses pasados estuve en Inglaterra, país al que entré con una visa Tier 5 de trabajador migrante temporal. Estuve colaborando con JRS-UK, que presta atención a refugiados o “asylum seekers” que migran desde África y Medio Oriente por motivos de violencia.
En Londres, tuve la oportunidad de contactar algunas comunidades inmigrantes sudamericanas. La comunidad más numerosa es la brasileña y le sigue en número la comunidad colombiana. Pude visitar una pequeña comunidad de ecuatorianos en St. Ignatius Parish (Stamford Hill), que queda a pocos kilómetros de Tottenham, lugar donde se iniciaron los disturbios que fueron noticia mundial. La mayoría de personas que asisten a esta parroquia jesuita tienen una permanencia de unos 10 años en Inglaterra. Han luchado para salir adelante, aprender el idioma y adaptarse a las costumbres del pueblo inglés, como por ejemplo, su afamada puntualidad.
Londres, ¿entrada a una tierra promisoria?
Actualmente Inglaterra es una región atractiva para la migración. Puede parecer que allá todo es más fácil en comparación con países que están en crisis. Si vemos el palacio de Buckingham, la Torre de Londres, Westminster Cathedral, las ciudades centenarias de Oxford y Cambridge, ciertamente podemos afirmar que es un lugar encantador en el que pareciera que estamos en la tierra mágica de Harry Potter. Y no se diga de visitar la hermosa y pacífica Liverpool, en la que dan ganas de corear con los Beatles “All you need is love…”. Con estas ideas, ¿quién no quisiera vivir en el país de los, siempre sonrientes, Príncipes William y Kate?
"Toda separación implica un momento suspendido en el que uno se pregunta, ¿es para siempre?"
(Paul Day, creador de las impresionantes esculturas de bronce en St Pancras Station – Londres)
Decidir emigrar hacia Inglaterra requiere muchos más elementos de decisión que no nos darán las famosas canciones de los Beatles. El nuevo inmigrante no tendrá la varita mágica de Harry Potter para viajar de un lado a otro sin papeles o para desaparecer cuando surgen problemas. Es verdad que allá se ganará en “libras esterlinas”, una moneda más fuerte que el euro y el dólar. Pero también es verdad que los gastos de vivienda, alimentación y transporte son de los más altos de Europa. Por otro lado, un inmigrante que viva en la “megápolis” de Londres, tendrá que tener condiciones psicológicas para enfrentar la soledad. Esta situación se hace más difícil si no se domina el inglés.
Tomar la decisión de emigrar requiere información, planificación y una buena dosis de conocimiento personal. Hay que vislumbrar las oportunidades futuras, pero también saber evaluar aquello que ya se ha construido, sea material o afectivamente, y que se puede perder en busca de un nuevo sueño.
* Una síntesis de esta nota fue publicada en el Semanario El Migrante (6 al 12 Oct - 2011 / Año VI - Edición Nº 138 - p. 8)
Querido peregrino, gracias por compartir tus experiencias que ayudan a reflexionar sobre la condición humana, y en muchos casos inhumana en la que se desenvuelven millones de personas. Ese "otro" migrante de alguna manera puedo ser también yo.
ResponderEliminarUn abrazo,
jp
Pertenecer a un pais de tercer mundo te enfrenta a realidades adversas, los menos favorecidos ven en la migración la respuesta a sus problemas. No creo que todos los que emigran estén informados, ni planifiquen ni estén listos a afrontar las tristezas y nuevos problemas que se les presentara. Pero al menos con la ayuda de organizaciones que velan por los migrantes, las manos de quienes quieren construir un mundo mejor y los corazones de aquellos que recuerdan que no somos de una raza o nacionalidad especifica, sino “raza humana”, las oportunidades y futuros mas promotedores se abran a estos conquistadores, que lo único que buscan es mejorar y prosperar. Adelante Peregrino, con tu trabajo!!
ResponderEliminarCualquier decisión que tomemos requiere de una fortaleza psicológica específica. Mi buen amigo, los pobres, los migrantes, los de abajo no es que tengamos mucho tiempo para considerar nuestras fostalezas y aptitudes para tomar tal o cual decisión. Cuando uno está jodido y lo único que importa es no dejarse vencer, lo que hay que hacer es lo que se impone como imperativo, aunque deba irme a Canton y aprender mandarín-cantones... Me gustó, la nota. Me ha gustado que de alguna manera revela el carácter de todólogo que cuando la gente está en situaciones difíciles debe desarrollar. Un abrazo fuerte Mauricio, peregrino por naturaleza...!
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